Por Howard Richards
¿Qué es lo que es la democracia?
Según el realismo critico la palabra “democracia” –y cualquier otra palabra—es una herramienta de acción social. Hablar es actuar. Esgrimir la palabra “democracia” es una acción. Debe ser una acción responsable. Sucesos actuales en Turquía y en Chile subrayan la importancia práctica de esta perspectiva teórica.
En la tarde del 15 de julio de 2016 no se sabía todavía si iban a triunfar los golpistas sublevados de las FFAA de Turquía, o si iba a triunfar el pueblo masivamente movilizado en las calles de las ciudades para defender a su gobierno. Cabe decir que salieron a la calle para resistir el golpe no solamente los partidarios del Presidente Recep Erdogan y su partido AKP (liberal y musulmán) sino también militantes opositores reñidos con Erdogan, como los del partido HDP (social demócrata y laico), los del PKK (socialistas kurdos) y otros de izquierda y de derecha. En fin, los golpistas se rindieron, pero no antes de matar con armas pesadas centenares de civiles sin armas y decenas de policías civiles armados solamente con pistolas.
En la tarde del 15 de julio cuando dos comentaristas del servicio en inglés de la cadena global de televisión CNN comentaron lo que acontecía en Turquía nadie sabía que los militares golpistas iban a perder. Los comentaristas eran el distinguido intelectual de la India nacionalizado estadounidense Fareed Zakaria y un general (en retiro) del ejército estadounidense. Primero, ambos coincidieron que el golpe había comenzado de una manera poco profesional. Antes que nada, deben haber detenido al presidente. Luego deben haber asegurado el control de todas las emisoras de televisión y de radio. El general comentaba que debido a sus contactos personales con oficiales del ejército de Turquía él estaba en antecedentes para decir que muchos de ellos estaban muy desconformes con Erdogan. Opinó que lo más probable era que los golpistas iban a perseverar. Comentó Zakaria que las FFAA de Turquía tenían una larga tradición de intervenir cuando fuese necesario para defender la democracia.
¿¡” Defender la democracia”!? ¿Desde cuándo tiene sentido llamar derrocar al Presidente elegido por los sufragios de los ciudadanos, cerrar al parlamento, matar a civiles e imponer la ley marcial “defender la democracia”? De repente uno se siente transportado entre algunas de aquellas páginas de la novela Cien Años de Soledad donde Gabriel García Márquez evoca un mundo donde quienes controlan la producción de las ideas públicas y de las imágenes públicas han vaciado la verdad de los sentidos de las palabras hasta tal punto que las mentes de los pueblos se llenasen de puras mentiras. La realidad desaparezca por nadie reconocida y por todos desapercibida.
Sin embargo, Zakaria tuvo razón. De su punto de vista. Un poco de historia iluminará por qué Zakaria tuvo antecedentes válidos para justificar su decisión de esgrimir “democracia” de esta manera.
En la larga historia de la construcción social del estado de derecho liberal hoy vigente en casi todo el mundo, un documento emblemático es la declaración des droits de l’homme et du citoyen de 1789. Su preámbulo declara que la ignorancia, el olvido, y la falta de respeto a los derechos humanos son las causas únicas del mal gobierno. Por lo tanto, la Asamblea Nacional ha decidido exponerlos. La déclaration por lo tanto es un texto educativo. Su finalidad es educar al público en materia de derechos naturales. En su artículo dos enseña que aquellos derechos son cuatro: propiedad, libertad, seguridad, y el derecho de resistir la opresión.
Sin embargo, en su artículo tres y su artículo seis la déclaration declara otra doctrina. Pueda parecer ser la misma doctrina, pero no lo es. Declara que la ley emana de la voluntad de los ciudadanos. Todos los ciudadanos son iguales y todos tienen el derecho de participar en la formación de la ley.
De los documentos fundadores del estado de derecho francés, y también de los norteamericanos y de los de otros países derivamos dos tendencias distintas entre aquellas filosofías políticas que se llaman “democráticas”: (1) La democracia se define por aquellos principios eternos que los philosophes franceses del siglo XVIII llamaban liberté naturelle y que Adam Smith llamaba natural liberty. Son las normas que definen laissez faire y el mercado auto-regulado. (2) La democracia es, en las palabras del Presidente norteamericano Abraham Lincoln el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo.
En el siglo XXI Fareed Zakaria representa la primera tendencia. Sostiene que la democracia es, siempre ha sido, y debe ser un estado de derecho liberal. Tiene razón cuando dice que las FFAA de Turquía tienen una larga tradición de intervenir a favor de la democracia, dicho de otra manera, a favor de la libertad, en este primer sentido. Y –hay que decirlo—tienen una larga tradición de intervenir contra la democracia en aquel segundo sentido.
También representa esta primera tendencia en el siglo XXI el chileno José Piñera.
Sucede que pocos días después del intento de golpe de estado en Turquía el ex ministro anunció su decisión de regresar a Chile para defender la libertad. Su vocabulario es semejante al de Zakaria en el uso de la palabra “libertad” pero distinto en el uso de la palabra “democracia.” La opción lingüística de Zakaria es definir una democracia liberal como la única democracia legítima. La opción lingüística de José Piñera es no referirse tanto a la democracia. En cambio, José Piñera prefiere destacar cierta versión de lo que es “estado de derecho” según la cual las asambleas de los ciudadanos carecen en principio de legitimidad. Las asambleas ciudadanas ponen en peligro su versión del estado de derecho porque podrían modificar o aun superar uno u otro principio de la jurisprudencia del siglo dieciocho. Hasta puedan ser capaces de establecer los derechos sociales en la Constitución, como ha sucedido en Sud África, Brasil, Italia, y en otros países. Por eso, siempre pensando al interior de una cosmovisión propia de esta primera tendencia, hay que negar desde un principio que la voluntad de una asamblea del pueblo pueda autorizar una Constitución. La legitimidad no emana (como en los artículos tres y seis de la déclaration) de la voluntad popular. Emana como presume el preámbulo de la déclaration de una libertad que la naturaleza ya ha creado. Corresponde a los seres humanos aprenderla, pero no crearla ni variarla. Como reza el articulo dos de la declaración francesa (y otros documentos semejantes de su siglo): “el fin de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre”, v. gr. los cuatro derechos enumerados en el artículo dos.
La historia enseña los orígenes de los conceptos que las diversas voces que se escuchan en los foros públicos esgriman hoy. En las palabras de Michel Foucault la historia nos salva de la tecnocracia, puesto que un tecnócrata (según Foucault) es una persona quien no conoce la historia de los conceptos que maneja. Pero la historia nos deja con opciones. En fin de cuentas cada quien es responsable por su propia respuesta a la pregunta, ¿Qué es lo que es la democracia?
Lecturas Recomendadas
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) www.fmmeducacion.com.ar/Historia/…/1789derechos.htm
José Piñera (2010) Camino Nuevo. Santiago: Editorial Economía y Sociedad
Howard Richards (2014) El Pensamiento anti-Democrático Actual repensar.cl/la-logica-del-pensamiento-anti-democratico-actual
Howard Richards, Luis Razeto, Gastón Soublette y otros (2016) Repensar la Política en un Mundo Complejo. Santiago: Universitas Nueva Civilización. repensar.cl/como–entender–la–politica
Fareed Zakaria (2007) El Futuro de la Libertad. Madrid: Taurus